Aunque ya teníamos claros indicios de ello, el Fondo Monetario Internacional (FMI) nos avisa que nuestra población laboral envejece, pudiendo ocasionar un descenso de la tasa de actividad hasta el 50% si no aplicamos políticas de choque para frenar el efecto que el envejecimiento de la población tiene sobre el mercado laboral.
Los datos de afiliados en alta de la Seguridad Social de los últimos diez años revelan que el único tramo de edad que ha aumentado su presencia en el mercado laboral es el de los mayores de 55 años, tanto en hombres como mujeres, mientras que todos los demás tramos han ido disminuyendo con el paso del tiempo.
Hays, la multinacional especialista en la selección de personal recoge en su Guía del Mercado Laboral 2018 que sólo el 4% de las empresas españolas tiene políticas dirigidas a contratar a mayores de 50 años, lo que significa que prácticamente la totalidad del empresariado no ofrece medidas para incorporar a trabajadores que hayan cumplido los 50 años.
Para Noelia de Lucas, Directora Comercial de Hays, “España padece ahora un problema estructural generado por diversos factores. Por un lado, la crisis económica, que se saldó con el despido de miles de mayores de 50 años, muchos de los cuales aún no han conseguido reincorporarse al mercado laboral. Por otro, el aumento de la esperanza de vida, que hace que la jubilación a los 65 años pueda parecer demasiado temprana, si una persona puede vivir conservando sus facultades hasta superados los 80 años, por lo que necesita seguir sintiéndose útil para la sociedad”.
La Guía Hays también pone de relieve que el porcentaje de empleados mayores de 50 años en las plantillas de las empresas españolas es menor al 10 % en más de la mitad de las compañías, pese a que el 66 % de los empresarios están de acuerdo en que este colectivo aporta diversidad y experiencia a sus equipos, y solo un 8 % de los empleadores consideran que les faltan competencias digitales.
Aunque una parte importante de los empresarios que han participado en la encuesta Hays recomendaría al Gobierno que impulsase incentivos para aumentar las contrataciones de trabajadores mayores de 50 años y reducir el paro en esta franja de edad, el FMI considera que eso no sería suficiente, por lo que recomienda implantar políticas específicas para lograr estos objetivos, como reducir los incentivos de jubilación anticipada o subir la edad de jubilación.
Para finalizar, es importante señalar que el FMI se muestra optimista al considerar que este tipo de medidas todavía tienen un margen considerable para mitigar la fuerza del envejecimiento de la población española al permitir que quienes lo desean puedan trabajar.
