Alimentación saludable en el trabajo


La alimentación saludable en el trabajo debe ser hoy en día una de las principales preocupaciones de las empresas, incluso en el caso de que la principal comida del día no se realice en el centro de trabajo.

Las organizaciones deben promover una adecuada alimentación entre sus trabajadores, junto a la promoción del ejercicio físico, no fumar o el descanso reparador.

Una alimentación saludable en el trabajo va a resultar beneficioso no sólo para la salud del trabajador sino para la propia empresa.

Una alimentación saludable convierte al trabajador en una persona más vital, con una mejor capacidad de atención y concentración además de ayudarle a prevenir enfermedades crónicas.

Por todo ello, una alimentación saludable ayuda a reducir el nivel de absentismo y al mejorar el rendimiento del trabajador supondrá al mismo tiempo un incremento de la productividad de la empresa.

Aunque los hábitos alimenticios los adquirimos principalmente en nuestra infancia y sobre todo corresponden a nuestra esfera privada, al estar demostrada su relación con el rendimiento laboral (sin ir más lejos la OMS afirma que una alimentación adecuada y la práctica de actividad física en trabajadores pueden incrementar los niveles de productividad en un 20%), las empresas deberían crear hábitos de alimentación saludable entre sus empleados.

Aunque aquí tenemos una primera pregunta, ¿qué entendemos por alimentación saludable en el trabajo? Para la nutricionista Astrid Caichac “debe ser aquella que entregue las calorías necesarias según el tipo de actividad o desempeño, con un aporte equilibrado de nutrientes y líquidos, además de distribuirlo en horarios y cantidades que aseguren un suministro permanente de estos para mantener las funciones corporales en óptimas condiciones”.

Está comúnmente aceptado que una dieta saludable debe incorporar frutas, verduras, lácteos bajos en grasa saturadas, cereales en cantidades adecuadas (pan, arroz, pasta) y alimentos con bajo o nulo contenido en azúcar. También debemos controlar los líquidos (preferentemente agua y al menos litro y medio al día, evitar las bebidas azucaradas y por supuesto prohibido el alcohol, el café o el té son recomendables pero no más de tres tazas al día, y por supuesto no consumirlos en las horas previas a acostarnos).

Por otro lado, también es importante mantener unos cuantos hábitos:

  • Desayunar todos los días
  • No estar más de cuatro horas sin comer
  • Comer fruta a media mañana y a media tarde, evitando los dulces
  • Comer cinco veces al día

En el caso de llevar tupper al trabajo:

  • Buscar platos saludables, equilibrados y fáciles de hacer.
  • Usar un tupper apto para el microondas, preferiblemente de cristal, y de tamaño individual.
  • Evitar los sándwiches o bocadillos y optar por platos únicos que incluyen vegetales, proteínas y grasas saludables.

Si os animáis a mejorar la alimentación entre vuestros empleados podéis buscar inspiración en el material divulgativo que proporciona el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo en su página web para facilitar a las empresas la implantación de una alimentación saludable. entre sus empleados