La Calidad del sueño en la vida profesional


Beatriz Rodríguez, de la Sociedad Española del Sueño, señala que el 40% de la población sufre trastornos de sueño, “lo que tiene un alto coste socioeconómico para las empresas: bajas por accidentes, absentismo y menor rendimiento laboral”. Recuerda la importancia de “mantener nuestros relojes en hora”, respetando nuestros ritmos circadianos y ajustando los tiempos biológico, social y ambiental, a la vez que alerta de la costumbre de meternos en la cama con móviles o tablets, que evitan el contraste entre el día y la noche y dificultan nuestro sueño.

El sueño tiene que ser reparador. Cada vez que le robamos horas al sueño le robamos horas a la vida. Grave problema, si es evidente que nuestra sociedad tiene malos hábitos de sueño, que, por lo tanto, están afectando negativamente a la calidad de vida de las personas.

Cada persona es un mundo, por lo que no todos tenemos las mismas necesidades de sueño, sin embargo, la idea generalizada es que dormir menos de siete horas diarias trae consigo problemas de salud.

La Organización Mundial de la Salud afirma que una persona debe dormir de 7 a 8 horas diarias para lograr un correcto desarrollo de funciones habituales como toma de decisiones, las tareas de razonamiento lógico, mayor motivación, niveles de energía y un mejor manejo de las relaciones humanas.

El sueño no solo es relevante por el tiempo que le dedicamos a lo largo de nuestra vida y por la importancia que le damos al hecho de descansar bien, con un adecuado y reparador reposo físico y mental, sino por los importantes efectos que sus alteraciones pueden tener sobre nuestra salud, la alta prevalencia de las mismas dentro de la población general y el importante coste económico asociado a estas alteraciones. El binomio sueño-salud cobra cada vez más importancia en nuestra sociedad, como señala el especialista en Medicina del Trabajo Ceña Callejo, por lo que recomienda introducir dentro de las actividades de promoción de la salud y prevención de la enfermedad y las campañas de hábitos saludables, actuaciones dirigidas a la detección, prevención y solución de los problemas relacionados con las patologías del sueño.

La falta de sueño tiene efectos negativos en nuestro trabajo:

  • Estado de ánimo: aumento de la irritabilidad y el estrés, con el consiguiente aumento de la posibilidad de tener fricciones con tus compañeros de trabajo. Si esa mala calidad del sueño se perpetúa en el tiempo, puede provocar problemas más graves como ansiedad y depresión.
  • Pérdida de productividad: uno de los principales efectos de la mala calidad del sueño, se incrementa el tiempo necesario para realizar las tareas y el riesgo de equivocación.
  • Más probabilidades de sufrir un accidente: bien in itinere, es decir, al ir o volver del trabajo, o bien en el propio lugar de trabajo.

Por todo ello, es importante adoptar hábitos de sueño correctos, para mejorar nuestro rendimiento laboral, pero sobre todo para mejorar nuestra calidad de vida: controlar el horario de acostarte, no beber gran cantidad de bebidas con cafeína o energéticas ni hacer ejercicio justo antes de ir a dormir.

Recuerda, el sueño tiene que ser reparador, cada vez que le robamos horas al sueño le robamos horas a la vida.