Hace pocos días saltaba la noticia de que una mujer había muerto después de limpiar su casa con una mezcla de lejía y amoniaco.
Existe la errónea creencia de que al utilizar varios productos de limpieza juntos se obtienen mejores resultados, sin embargo esta práctica puede resultar muy peligrosa, como vimos en el caso de la joven madrileña.
Estos dos productos, limpiadores de gran potencia por separado, se convirtieron en una mezcla letal al producirse una reacción química que genera un gas denominado cloramina, altamente tóxico y potencialmente explosivo.
Pero esta mezcla no es la única peligrosa. A continuación detallamos algunas que debemos evitar:
- Lejía con alcohol en gel
La combinación de ambos produce cloroformo y ácido muriático, que pueden producir daños en el sistema nervioso, pulmones, riñones, hígado, ojos y piel.
Cuando el nivel de cloroformo es muy alto puede causar mareos, náuseas, pérdida de conciencia e incluso la muerte.
- Lejía con vinagre
Agregar un ácido débil como el vinagre a la lejía produce vapores tóxicos que podrían causar quemaduras en los ojos y graves daños en los pulmones.
- Lejía con otros productos de limpieza
Limpiacristales, detergentes para lavavajillas o limpiadores para el baño en combinación con la lejía producen gas cloro, causante de graves problemas respiratorios y oculares, entre otros.
- Bicarbonato de sodio con vinagre
Al ser el vinagre un ácido y el bicarbonato alcalino, juntos se neutralizan haciendo inútil la solución resultante. El peligro viene si la mezcla se realiza en un recipiente cerrado, ya que puede producir una explosión.
- Vinagre y agua oxigenada
La mezcla de estos dos productos genera ácido paracético, que en concentraciones altas puede irritar piel, ojos, nariz, garganta y pulmones.