La tecnología no es lo único que ayuda a cambiar a las empresas. También hay otros agentes que son igualmente claves dentro del proceso de transformación en el que están inmersas. Se trata de los espacios de trabajo, que son vitales para que las compañías puedan ser más productivas. Pero, para ello, la innovación y la creatividad tienen que transmitirse y también sentirse en las instalaciones de la empresa. Y es que el prototipo que venía de la era industrial, ya no es válido. Una importancia de los espacios de trabajo y una necesidad de que las empresas se adapten sobre la que habla Francisco Vázquez, presidente de 3G Smart Group, a elEconomista.es tras su participación en la jornada ‘Los espacios de trabajo como aliados de la transformación en la empresa’, organizada por APD (Asociación para el Progreso de la Dirección) en Zaragoza.
¿Cómo han evolucionado y están evolucionando los espacios de trabajo en las empresas?
Digamos que los espacios de trabajo empezaron a evolucionar tarde, poco y alocadamente, sin orden ni concierto. El detonante fue la llegada de las nuevas tecnologías, que han hecho que la forma de trabajar, de comunicarnos, de colaborar y de vivir cambie notablemente. Estamos ante un cambio de prototipo que venía de la era industrial y que entendía el trabajo como un lugar al que ir. Ahora lo entendemos como una acción que realizar. Ante esta nueva situación, con la tecnología como herramienta de trabajo, las empresas que se creían más avanzadas empezaron a ofrecer teletrabajo a sus profesionales, pero enseguida se vio como un fracaso porque lejos de dar libertad al empleado, lo tenían controlado, pero dentro de su casa.
El siguiente paso que también fracasó fue pensar que para ser una empresa adaptada tecnológicamente bastaba con dotar de portátiles, tablets y móviles para todos los empleados, sin estudiar el por qué y el para qué. La tecnología nos da infinitas posibilidades como para reducirlas a un portátil y un móvil para cada uno.
En el momento actual, las empresas ya somos consciente de que estamos ante una nueva revolución, la tecnológica. Los trabajadores tienen más y mejores herramientas a nivel personal que profesional, porque su uso es algo que ya hemos asumido como normal. Ya todos somos tecnológicos.
Ante esta ‘nueva normalidad’, como a mí me gusta llamar a la situación actual, los espacios de trabajo evolucionan en función de las necesidades de cada empresa, que no tiene porque ser igual para todas. Es importante partir de un folio en blanco, pensar en dónde estamos y dónde queremos estar y trabajar en la adaptación estratégica y tecnológica con un propósito claro. El espacio de trabajo se convierte en una herramienta clave para acompañar esa adaptación.
¿Hay concienciación de la necesidad de adaptarlos a los cambios que se producen en el ámbito empresarial y laboral?
Por fin ya todas las empresas tienen esa concienciación por adaptarse a la ‘nueva normalidad’, que no es otra que convivir con la tecnología y adaptar sus espacios. La que no sea consciente, no tiene futuro (ni presente).
¿Por qué es tan importante el espacio de trabajo en la transformación de la empresa? ¿Cómo influye en ese proceso de transformación?
El espacio es fundamental en la adaptación. Es un facilitador del cambio. Como decía anteriormente, el trabajo ha dejado de ser un lugar al que ir, a ser una acción que realizar. El trabajo se puede desarrollar desde cualquier sitio y en cualquier momento, y las opciones son infinitas para cada trabajador y para cada empresa. El espacio, por tanto, se convierte en una opción más para trabajar, pero también será el lugar de referencia cultural y de marca para el profesional.
¿Cuáles con los principales obstáculos que frenan la transformación de los espacios de trabajo?
Los principales obstáculos son el miedo al cambio y el no tener una estrategia clara. Por eso, insisto mucho en la adaptación desde el sentido y el propósito. Esta es la única manera de que toda la organización entienda y acepte el cambio, y además lo apoye y se involucre. El co-diseño entre todos los actores: arquitectos, directivos, profesionales e incluso clientes, es fundamental.
¿Qué ventajas tiene la adaptación de los espacios de trabajo como aliados en la transformación de las empresas?
Los espacios son el reflejo de las necesidades cambiantes de los profesionales, que cada día son más colaborativos. Sin una adaptación de los espacios de trabajo, la transformación pierde sentido y sería incompleta.
Con los cambios que se producen en el ámbito empresarial y laboral, ¿hacia dónde se dirige el diseño y concepción de los espacios de trabajo?
En un futuro no lejano, porque los cambios llegan sin enterarnos, me imagino a las empresas como comunidades; como organizaciones que aglutinan a un conjunto de personas con ciertas cosas en común, que colaboran; con un propósito común. Por ejemplo, en el año 2020, en USA, el 43% de la población activa serán freelances. El modelo de contratación ha cambiado y queda ya lejos el concepto de empleo. El diseño y el espacio son ya un aspecto estratégico para crear y potenciar estas comunidades. Tiene que ser un diseño con propósito y sentido, un diseño arquitectónico de calidad diseñado con y para las personas.