La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha cumplido 100 años y pretende aprovechar toda esa experiencia adquirida creando las condiciones necesarias para que el centro de trabajo del futuro sea un lugar seguro y saludable. Aunque asume que a los gobiernos, los empleadores, los trabajadores y demás partes interesadas les queda mucho por hacer para conseguir que la generación actual y las generaciones futuras de trabajadores gocen de condiciones de trabajo seguras y saludables.
Partiendo de que la Estrategia global en materia de seguridad y salud en el trabajo, adoptada en 2003, proporciona un marco para esta labor, cabe señalar que la carga mundial de los accidentes del trabajo, las enfermedades profesionales y las muertes relacionadas con el trabajo incide de manera significativa en el problema cada vez mayor de las enfermedades no transmisibles y las enfermedades crónicas.
Pero como hemos señalado anteriormente, la OIT quiere aprovechar la experiencia pasada, durante los 100 últimos años, el tratamiento de los accidentes del trabajo, las enfermedades profesionales y las muertes relacionadas con el trabajo se ha considerado cada vez más un reto internacional importante de especial pertinencia para el logro de la justicia social y el desarrollo sostenible.
En la actualidad nadie pone en duda que pueden obtenerse considerables beneficios para la seguridad y la salud en el trabajo si se mejoran y se comparten los conocimientos y la experiencia relacionados con el alcance, las causas y la prevención de los daños derivados del trabajo, así como sobre el modo en que puede prestarse un mejor apoyo a la salud y el bienestar de los trabajadores. También se entiende que, si bien existen enormes diferencias en cómo se experimentan los peligros y los riegos en el lugar de trabajo, también es cierto que los principios de prevención y control de sus efectos nocivos tienen muchos elementos en común.
Abordar los peligros y los riesgos relacionados con el trabajo como si existiesen únicamente en un solo lugar de trabajo o entre las fronteras de un solo país es una estrategia poco efectiva e incompleta. En las cadenas mundiales de suministro, tanto la producción como los trabajadores y, por consiguiente, la seguridad y la salud en el trabajo, se trasladan de un país a otro. Esta situación requiere de perspectivas globales y de un mejor entendimiento de la interrelación entre las ciencias físicas y la ingeniería del trabajo seguro y los conocimientos médicos de las enfermedades y las lesiones, así como de los contextos económico, normativo y sociológico que contribuyen a que el trabajo sea seguro y saludable.
Los riesgos psicosociales, el estrés relacionado con el trabajo y las enfermedades no transmisibles preocupan cada vez más a gran número de trabajadores de todo el mundo. Al mismo tiempo, muchos trabajadores siguen haciendo frente a riesgos persistentes para la seguridad y la salud relacionados con el trabajo y es importante no pasarlos por alto cuando miramos hacia el futuro.
El Informe consta de tres capítulos:
El capítulo 1 lanza una mirada retrospectiva a la evolución sufrida a lo largo de los últimos 100 años debido a la celebración del centenario de la OIT,.
El capítulo 2 examina las tendencias que impulsan los cambios en el mundo del trabajo y su impacto en la seguridad y la salud en el trabajo, centrándose en los cuatro ámbitos principales desde los cuales está cambiando el mundo del trabajo: la tecnología, la demografía, el desarrollo sostenible, que incluye el cambio climático, y la organización del trabajo. Al examinar cada uno de los principales ámbitos donde se están produciendo avances, el informe pretende determinar las oportunidades y los retos principales para la seguridad y la salud en el trabajo y para la prevención y el control de los riesgos.
Por último, el capítulo 3 del informe analiza los modos en que la seguridad y la salud en el trabajo están evolucionando y respondiendo al desafío de asegurar un futuro de trabajo seguro y saludable para todos.